miércoles, 24 de septiembre de 2014

Postre de tres sueños

Would you go on train
with me to nowhere?
Or on my unicorn?
Maybe Mars is there.

Fosforito Remolacha, esa que tiene ardillas corriendo por su cuerpo, la que canta en la madrugada al compás de la gotera del baño, la que corre con sus zapatos rotos, zapatos rotos con esa facha ¿a dónde vas? voy con rumbo a un nuevo mundo un perro amigo me sigue atrás, ella, no sabe pintarse las uñas.
Igual lo sigue haciendo, dice que lo hace para verse más bonita porque sus uñas son muy pálidas y tienen puntitos blancos. Se las empieza a cortar y cuando no ha cortado ni tres me dice mierda Fernando me corté jájajaja. Bota las uñas por el tapetico porque la caneca está muy lejos y ya tiene el culo dormido como para moverlo. Empieza pintandose siempre la uña del pulgar de la mano izquierda, la que le queda medio decente.   Se limpia lo que se sale con la uña del pulgar de la mano derecha y ya en el segundo dedo se aburre y se pinta todo el dedo. A la mierda, igual por la mañana no está ni la mitad de lo que me salí y después de la ducha queda la uña como pintada en peluquería. No sé la gente por qué se esfuerza tanto, me dice.
La mano derecha ni se la pinta, sólo la ensucia un poquito para no perder la costumbre.
Remolacha se frustra porque dice que yo me las pinto mejor que ella.

Fosforito salió esta tarde, salió por la ventana y se fue en bicicleta. Se iba fumando un peche y vi como tosía porque no sabe fumar peche, pero Fosforito está pelada y así la cosa es más dura y el peche siempre aguanta en situaciones como esta.
Mierda dónde puso esa mujer las papitas con sabor a queso esas que comemos cuando el viento no tiene nada que decir y nos toca hablarle a él? Papitas con sabor a queso.
No están en el cajón, no están debajo de la cama, no están en la caja de arena del gato, no están debajo de la puerta ni entre la ventana y la pared, no están dentro de sus botas ni entre sus calzones de colores.
Abrí la puertica de su mesa de noche y entre paquetes vacíos de papitas no con sabor a queso, cepillos y cosas encontré su cuadernito. Ese donde escribe cosas que nadie ve.


veinticincodejuniodeldosmildoce.
25, junio,2012

Estoy en la playa. Ahí hay una montaña enorme de pescados cubiertos por una malla roja. Hay gente sentada encima. La montaña es larga y bordea la playa. Llega un pescador y me dice: Estos peces no mueren fuera del agua. Siguen vivos todos. Me acerco y camino sobre la montaña, veo como debajo de la malla muchos se mueven rápidamente como si estuvieran nadando. No me puedo sentar, y no entiendo cómo estas personas se sientan sin miedo a que uno de esos peces se les meta entre el culo.

Ahora estoy en un concierto, una mujer de pelos rosados canta algo en la tarima, estoy con esa gente que le gusta esa música. Yo la detesto. Cambia el artista, música sucia. La mujer de pelos rosados sale y todo el público la sigue fuera, sólo unos pocos y yo nos quedamos a ver la música sucia.  Un hombre de pelo largo les pidió una canción que empezaron a cantar en finlandés.

Sin darme cuenta cómo llegué acá, estoy debajo del mar. Me siento como en un documental de televisión ya que mientras yo me muevo a través de los animales y el agua una voz me habla acerca de los elefantes marinos. Los elefantes marinos tienen cuerpo de anguila y una trompa desproporcional en tamaño a su cuerpo, tienen sexo entre madre e hijo de manera que su trompa toma parte en el acto y se comen entre sí. Mientras nado pasan frente a mí, parecen serpientes y se revuelven en las piedras. Me impresionan, pero no me asustan. Decido subir a la superficie y encuentro ahí una caja transparente con un hombre de bigote amarillo sosteniéndola. Estamos en la mitad del océano y me dice que también estaba viendo el documental de los elefantes marinos y que quiere ir más lejos pero le da miedo ir solo. Dentro de su caja, donde supongo guarda su cámara de video, veo un pedazo de mi habitación, ese donde está colgado el cuadro de Chaplin. Le pregunto: ¿Qué hace mi habitación dentro de tu caja? Y el me responde que mi cuarto está allá abajo.
Despierto.

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